miércoles, 25 de abril de 2007

¿Cómo superarse en los estudios?


“…y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por fe que es en Cristo Jesús”. 2 Tim. 3: 15

Si existe algo realmente necesario en los días de hoy, y creo que siempre fue importante, son los estudios. Después de todo, es estudiando que descubrimos quienes somos, entendemos mucho más del mundo que nos rodea, nos preparamos para el trabajo y también es la manera por la cual expresamos o aprendemos a expresar nuestras ideas.

Superarse en los estudios, entonces, es algo muy importante, y no solo para los niños o los jóvenes. Estudiar comprende, nuestro pensamiento, nuestro tiempo, nuestro cuerpo, nuestro trabajo y las personas con las cuales convivimos y dividimos todo lo anterior.

Pero ¿por qué hay tanta gente que tiene problemas en los estudios?¿Por qué tantos jóvenes están ansiosos por terminar luego su período de estudio? Las respuestas a estas preguntas nos pueden mostrar un camino muy interesante. Si pensamos más al respecto y descubrimos lo que realmente significa estudiar, estaremos más próximos de la superación en los estudios.

Vamos adelante. Todo lo que necesitamos es estudiar un poco...

ESTUDIO Y PLACER

La razón más importante por la que el estudio ha sido tan difícil es por el hecho de que se ha mezclado en nuestra mente estudio y obligación desagradable. No vemos placer relacionado al acto de estudiar.

Desde muy temprano aprendemos que el estudio es algo serio, que se necesita mucha concentración, esfuerzo, persistencia, y que nunca, nunca estudio es sinónimo de broma.

Frases del tipo “primero el deber, después el placer” nos ayudaron a crear este concepto en nuestras mentes. Es por eso que:
1) Faltar a clases es tentador.
2) Los feriados escolares son una de las mejores cosas de la escuela.
3) Las vacaciones siempre son cortas.
4) La persona que se dedica a los estudios recibe el título de anormal, nerd, y otros. Incluso se hacen películas con relación a ellos. Y en las películas aprenden a no estudiar tanto... Sin embargo, estudiar puede ser muy divertido, además de necesario. Necesitamos romper la imagen que tenemos del estudio como algo agotador, monótono, que ocupa solamente una etapa de la vida.

ENSEÑAR Y ESTUDIAR

Cuando hablamos de estudio, una figura que se presenta de inmediato, casi automáticamente, es la escuela. ¡Y aquellos profesores con sus libros! El problema es que la misma visión de estudio que hemos descrito está en la mente de muchos profesores. Enseñar dejó de ser una misión noble para pasar a ser apenas un empleo más (muy mal remunerado). De esta forma, muchos profesores pasan la materia, cumplen sus horarios, aplican pruebas, pero no enseñan, no despiertan el gusto por el aprendizaje en sus alumnos.

Esto es lógico, compromete la visión que los alumnos tienen sobre el estudio. Se ha formado un circulo vicioso. Es necesario romper este circulo para superarnos en los estudios. Es necesario hacer una reformulación. Muchos alumnos cumplen sus horarios, hacen sus pruebas como una obligación, pero no aprenden. Por eso, olvidan la mayor parte del contenido que vieron en la escuela. Cuando llega la prueba de admisión a la universidad. Estudian todo otra vez...


UNA NUEVA VISIÓN

Lógicamente no podemos ser radicales. Hay personas a las cuales les gusta enseñar, existen aquellos a los que realmente les gusta estudiar. Sin embargo, la gran mayoría es prisionera de las imágenes que hemos descrito. Es necesario ¡SUPERAR!

Para que podamos superarnos en los estudios es necesario que tengamos (y que formemos) una nueva visión sobre lo que realmente es el estudio. Podemos comenzar comentando algunos puntos:

1) Estudio y materias obligatorias – Física, matemáticas, castellano...Estudiar no es solamente esto. Cuando hablamos de estudio, hablamos de descubrimientos. ¿Cuáles son las cosas que te interesan? Búscalas. Poco a poco verás que las materias que ves en la escuela sirven de base para comprender cosas mucho más interesantes, como la historia de la vida, antiguas civilizaciones, inventos del futuro, películas de ficción y mucho más. Estudiar es mucho más que cumplir el cronograma del colegio.
2) Estudio y escuela - Aunque las salas de clases son un local privilegiado para estudiar, tú puedes estudiar en cualquier lugar. ¿Qué tal estudiar en un parque de diversiones? ¿Y al aire libre? ¿Qué tal estudiar en un parque de diversiones? Recuerda que el estudio no es otra cosa si no aplicar tu curiosidad y tu capacidad para descubrir cosas nuevas. No es necesario estar encadenado a un banco y a unos libros. Busca otras formas y otros lugares para estudiar.
3) Estudio y profesor – Acaba con esa idea de que no puedes aprender solo. En muchos casos, el mejor profesor es la experiencia, la práctica. Aunque la figura del profesor sea importantísima, no es necesario tener un profesor las 24 horas del día para decir que estás estudiando. Cuando se une la imagen del estudio totalmente a la del profesor, ¿qué sucede cuando nos encontramos con un mal profesor? Exactamente, inmediatamente los relacionamos y después... Cambia también tu visión del profesor: mira en él a alguien con el que puedas compartir, y no a un verdugo que te castiga con pruebas y más pruebas.
4) Estudio y pruebas- Es verdad que hacer pruebas es algo de lo que no podemos escapar fácilmente, pero no las confundas con el objetivo del estudio; no estás en la escuela, ni estudiando de un modo general solamente para hacer pruebas. Que te vaya mal en una prueba no quiere decir que no sirves, que no sabes estudiar, que la escuela es mala... Después de todo, muchas cosas no se evalúan a través de pruebas. Es verdad que mientras mejor sea tu estudio, y mientras más técnicas uses, las pruebas serán más fáciles.

HÁBITOS...

Veamos algunas cosas que nos pueden ayudar, en la práctica, a superarnos cada vez más en el arte del estudio.

No son fórmulas mágicas. Son técnicas que pueden ayudar mucho. Pero es necesario que tengas la voluntad de usarlas y que no desistas en aplicar cada una de ellas hasta que se transformen en hábito.

Cuando creas un hábito, lo haces con naturalidad, sin ningún esfuerzo. Cuando transformes el estudio en hábito (un buen hábito), será muy natural en tu día a día, y mucho más que eso, va a ser placentero.

Por lo mismo, no desistas. Estudia porque es necesario, pero también estudia porque es divertido, porque es la clave del crecimiento, porque fuiste creado con el don especial de la inteligencia.

¿QUÉ HACER?

Estudia estos pasos y utilízalos diariamente para superarte en los estudios:

1) Cambia la visión – No es necesario ver el estudio como si fuese un castigo. Piensa positivo, considera las cosas buenas que trae un buen estudio. Busca romper las visiones equivocadas que fuiste entrenado a formar, como aquellas que ya hemos dicho. Tú puedes elegir, créelo.
2) Establece horarios – Ya que es necesario estudiar, establece el horario en el que vas a estudiar todos los días (aparte de la escuela). Verifica también cuánto tiempo vas a dedicar a estudiar. Si él termina con tu diversión, ocupa el espacio de tu novio(a), el tiempo que dedicas a tus amigos y a tu familia, entonces comenzará a ser indeseable. Elige cuánto tiempo vas a estudiar en forma equilibrada y esfuérzate para cumplir tu agenda. Aunque no estés más en el colegio, puedes hacer esto. Estudia la Biblia, libros interesantes, documentales... La cultura nunca esta demás.
3) Mejora tu memoria – Si guardaras durante más tiempo en tu mente todo lo que lees y aprendes, sería mucho más fácil arrasar en las pruebas, aprobar las pruebas de ingreso, usar bien las informaciones cuando fuera necesario. Estudiar también significa mejorar tu memoria y desarrollarla con calidad. Existen innumerables técnicas de memorización. Busca una que se adapte a tu estilo y sigue adelante.
4) Enseña – Aquello que haces queda registrado con mayor nitidez en tu mente, que aquello que simplemente escuchas, escribes o dices por ahí. La mejor manera de aprender es enseñar. Comienza con alguien que necesite aprender algo que tú ya sabes. Enseña, explica, ejemplifica. Quedarás admirado al ver cómo eso hará que tu mente hierva.
5) Cuida la salud – Como es el caso en otras actividades, en el estudio también hay una íntima conexión entre la producción y el estado de tu cuerpo. Sin salud, sin buena disposición, a nadie le va bien en sus estudios. Cuídate, aliméntate bien, duerme regularmente, realiza ejercicios. Lo que acabaste de leer lo has estudiado muchas veces, ¿no es verdad?
6) Practica – Si solamente estudias, estudias, estudias y nunca usas lo que aprendiste, muy pronto esta rutina será muy agotadora y no tendrá gracia. Recuerda que el estudio no debe ser un fin en si mismo. Busca oportunidades para aplicar su contenido. Ya sea en la escuela, enseñando a otros, en el trabajo, aplicando nuevas ideas. Practica en la iglesia para desarrollar proyectos, practica con tus amigos para mejorar las relaciones. ¡Practica!
7) Avance – El estudio, para generar placer siempre debe traer novedades. Aprender es algo que no tiene fin. No te estanques, apenas estudiando y revisando lo de siempre, lo que ya viste en la escuela, en la iglesia o en la vida. Descubre nuevos asuntos y siente nuevamente el gusto de los descubrimientos. Esto sí , es superación.

ESTUDIA

Estudiar es necesario, mejor dicho, es súper necesario. Pero no debe ser aburrido, agotador ni monótono.
Tú puedes lograr hacer la diferencia. Estudia con calma lo que hemos dicho.
Agrega otros puntos, investiga...

La SUPERACIÓN está en tus manos.

Perseverancia

¿ADONDE QUIERES LLEGAR?

Como chica o muchacho, a tu edad eres el capullo que abre, el sembrado que promete, la esperanza de un mañana feliz. Por lo tanto, estás en la etapa preparatoria. Vas hacia el verano de la madurez, pero aún estás en la primavera de la juventud. Este es el tiempo para planear, para soñar, para plasmar la personalidad y para orientar la vida. Nunca para ir a la deriva.
¿Has visto cómo los aviones, ni bien dejan el aeropuerto y ganan cierta altura, ya ponen su proa hacia el lugar de destino? No pierden tiempo ni combustible dando vueltas sin sentido. Así procede el joven que desea triunfar en su vida: aprovecha bien sus energías; se fija metas y se esfuerza por alcanzarlas. Y así avanza hacia el éxito.

UNA TAREA PARA HOY

No importa qué edad tengas, hoy mismo puedes comenzar a definir tu futuro. El mundo necesita con urgencia jóvenes emprendedores, valientes e impulsados por un ideal noble. Jóvenes que aborrezcan lo malo, y sepan hacer lo bueno. Que sepan amar y servir. Que no se detengan ante el primer obstáculo que encuentren en el camino. ¡Tú puedes responder a esta necesidad!
Analiza tus propias capacidades. Descubre tus talentos, tus inclinaciones naturales. Y entonces, procura abrazar un ideal según esas condiciones de tu vida. No pienses que es demasiado temprano, ni demasiado tarde. ¡Hazlo hoy mismo! Si te equivocas, podrás corregirte. Pero esto es siempre mejor que no tener ideal alguno. Tu juventud es valiosa, y Dios quiere que la aproveches bien.
Dice San Pablo: “Ninguna tenga en poco (ni siquiera tú mismo) tu juventud” (1 Timoteo 4: 12).
Deberías recordar que Dios quiere guiarte y ayudarte. Por eso es tan bueno pedir la dirección divina, tanto para elegir la vocación de tu vida como para perseverar en ella.

PERSEVERANCIA.

Una vez que conoces tus propias aptitudes personales y que eliges qué quieres ser en la vida, el siguiente paso es ser constante hasta alcanzar la meta. Nunca deberías detenerte ni permanecer caído. Recordemos el ejemplo de perseverancia que nos dejó Abrahán Lincoln.
En 1832 perdió su trabajo; ese mismo año fue derrotado para la legislatura del Estado de Illinois; en 1833 fracasó en los negocios; en 1834 fue electo para la legislatura del estado; en 1835 murió su novia; en 1836 tuvo una crisis nerviosa; en 1838 fue derrotado por la presidencia de la legislatura de Illinois; en 1843, derrotado en su candidatura para el Congreso; en 1848 perdió la reelección; en 1854, derrotado para el Senado; en 1856 derrotado en su candidatura para vicepresidente; en 1858, nuevamente derrotado para el senado; en 1860, elegido presidente de su país.
¿No te parece admirable esta constancia de Abrahán Lincoln quien, después de tantas derrotas, finalmente llegó a ser el gran presidente de su país? Si quieres triunfar en tu juventud, recuerda ser perseverante en tus estudios, en tus trabajos, en tus buenas amistades, en el aprovechamiento de tus oportunidades.
Es verdad, podrás encontrar dificultades en tu camino. Por momentos, podrás caer en el desaliento. Quizá te sentirás fracasado. Pero esa será la hora de levantarse y seguir adelante sin desmayar. El rey Salomón declara que una persona puede caer “siete veces”, pero que otras tantas puede levantarse (Proverbios 24:16). Y esto es cierto si se depende de Dios y se pide su fuerza y su sabiduría.
Pero “perseverancia” no significa obstinación. Obstinado es el muchacho o la chica que ha elegido mal, pero que por amor propio o terquedad no quiere cambiar ni corregir su rumbo. En cambio, el joven perseverante admite sus posibles errores y se corrige sobre la marcha. Pero no por eso pierde de vista su blanco o su anhelo de llegar a la meta.
Y cristianamente hablando, ¿qué es llegar a la meta? Quizá sea esto:

1) Alcanzar una capacitación para servir;
2) Desarrollar una personalidad simétrica y un carácter noble;
3) Honrar a Dios y ocuparse en acciones constructivas;
4) Disfrutar de fe y alegría, y saber compartirla con los demás.


OTROS FACTORES DEL ÉXITO:

OPTIMISMO:

El joven que desee abrirse paso con éxito, debe ser optimista. Tendrá su mente abierta a las mejores ideas. Preguntará. Aprenderá. Antes de decir: “Yo no puedo hacer esto”, probará, e insistirá hasta conseguir por menos algo.
Mientras el pesimista es derrotista, el optimista es positivo y ve lo bueno de la vida. Un viejo guerrero que había perdido una de sus piernas en el frente de batalla, decía: “Por la forma como la gente ve mi desgracia, puedo saber quién es pesimista y quién optimista. Los pesimistas, que son nueve de cada diez, me expresan su pesar por haber perdido la pierna. Sólo uno en diez es optimista y me dice: “Menos mal que pudiste salvar la otra pierna”. ¿Cómo eres tú cuando te toca hacer frente a una tarea difícil?.

EXCELENCIA:

Busca siempre hacer lo mejor de tu parte, no importa que trabajo o estudios estés realizando. No te conformes con la mediocridad. De mediocres ya está lleno el mundo. Bien decía Salomón: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas” (Eclesiastés 9: 10). Es decir, con la mayor dedicación y la mejor calidad posible.
Pero aunque seas sanamente ambicioso, no vivas por eso comparándote con los demás, ni compitiendo egoístamente con tus compañeros. Esto te amargará, o podría llenarte de orgullo. Más bien, sé tú mismo, o tú misma. Y con tus condiciones personales, haz lo mejor que puedas y disfrutarás con lo que hagas.

ESFUERZO:

Esto quiere decir tenacidad, responsabilidad y transpiración. Se afirma con razón que el éxito es el resultado de un diez por ciento de inspiración y un ¡noventa por ciento de transpiración!.
El gran violinista Sarasate cierta vez fue llamado “genio” por un conocido comentarista. Y en lugar de sentirse halagado, Sarasate dijo: “Durante 37 años he ensayado 14 horas diarias, y ¡ahora me llaman genio!”. El esfuerzo tesonero sigue siendo la clave del éxito. La sola inteligencia, o incluso la buena suerte, sin espíritu esforzado, no va demasiado lejos. ¿Lo recordarás cada día, cuando te cueste levantarte por la mañana, o cuando te sientas desganado?.
No esquives el esfuerzo, ni tampoco lo reemplaces, por el “acomodo”. Este camino fácil, de buscar la “palanca” para conseguir ventajas y favores, se llama facilismo pero no verdadero éxito.

INTEGRIDAD:

Esta palabra es muy abarcante. Incluye honradez, honestidad, veracidad, rectitud, lealtad, decencia. El que miente lleva a un mentiroso adentro. El que roba lleva a un ladrón dentro de sí. Y lo mismo podría decirse del hipócrita, del corrupto y del engañador en cualquiera de sus modalidades. ¿Quién podría llegar a la cumbre con semejante peso de maldad?
¿Te acuerdas de aquel jovencito que devolvió una valija cargada de dinero? No, ¡no fue un tonto! Además de haber sido felicitado por su buena acción, vivió el resto de su vida con la conciencia tranquila. Pero lo que es más, el dueño de aquella fortuna, en agradecimiento al honrado muchacho, le pago todos sus estudios hasta el fin de su carrera universitaria. Siempre vive mejor y va más lejos el joven o la muchacha que practica la integridad. ¿Lo sabías?


TU VOCACIÓN

La elección de la carrera o de la profesión de la vida exige que te hagas estas preguntas: ¿Tengo yo condiciones para esa ocupación, o para ese estudio? ¿Me permitirá mi salud atender todas las exigencias de ese trabajo? ¿Podré mantenerme moralmente recto con tal profesión? ¿Qué me propongo lograr en la vida: prestigio y dinero, o una capacitación para servir a mis semejantes?
Si te contestas sinceramente estas preguntas, ya tendrás una base orientadora para saber que elegir. Además, un test vocacional , un dialogo con tus padres, un consejo de tus maestros, una conversación franca con quienes ya ejercen el oficio o la profesión de tu preferencia, podrían ayudarte grandemente a elegir tu vocación sin mayores riesgos.
Dice el profeta Jeremías: “El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23). Esto significa que aun buscando todo el asesoramiento técnico y humano, podrías equivocarte. En cambio, nuestro Creador, que nos conoce a la perfección, El sí podría guiarte y orientarte hacia la correcta dirección. Simplemente pidiendo su ayuda, El podría perfeccionar tu capacidad para elegir con acierto. Así lo reconoció el salmista bíblico, cuando escribió: “Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud” (Salmos 71: 5).
Dijo Carlos de Pravia: “Un arquitecto joven hizo un palacio; pero lo hizo sin cimientos y se vino abajo… Si no es bueno el comienzo, el final lo será aun menos”. ¡Qué gran verdad! ¿Qué cimientos estás colocando hoy en la base de tu vida? Sólo con firmeza interior podrás colocar el fundamento que sustente el buen edificio de tu juventud.


TODO TE SALDRA BIEN

En 1924 Jorge L. Mallory y sus compañeros trataron de escalar el Monte –Everest. Después de sortear problemas casi indescriptibles, llegaron a un campamento base, a una altura de 8.000 metros. Desde allí dos de ellos salieron para escalar la cumbre, pero su heroico esfuerzo fracasó. Hoy Mallory y su compañero yacen sepultados bajo las nieves eternas de ese pico de los Himalayas.
El resto del grupo regresó a Londres. Días más tarde uno de ellos dirigía la palabra a un gran auditorio. Y frente a una pantalla donde proyectaba una gran fotografía del Everest, luego de describir la tragedia de la expedición, el hombre le habló de esta manera a la montaña: “Everest, tratamos de conquistarte una vez y nos venciste. Lo intentamos por segunda vez, y nuevamente nos derrotaste. Pero, Everest, quiero que sepas, que te vamos a vencer, porque tú no puedes crecer, pero nosotros sí”.
La vida es como una montaña por la cual hay que ascender, a veces trabajosamente. Pero allá arriba hay lugar para todos. Nunca pienses que el éxito es privilegio de unos pocos. Tú puedes crecer cada día y vencer los obstáculos. El divino Jefe de la expedición te ayudará a cristalizar tus sueños.

TODO TE SALDRA BIEN…

1) Si eliges bien tu ideal.
2) Si estás dispuesto a luchar y perseverar.
3) Si te tomas de la mano de Dios, para no resbalar.

El éxito no consiste en no fracasar nunca, sino en no desanimarse y empezar de nuevo con más inteligencia.
Sobre la puerta del éxito hay un cartel que dice: ¡EMPUJE!

PARA RECORDAR:

1) La escalera del éxito no se puede ascender con las manos en el bolsillo. Está mitad alcanzada, si tenemos el hábito de trabajar o estudiar con entusiasmo.
2) El éxito no depende tanto de trabajar o estudiar hasta altas horas de la noche, como estar despierto durante el día.
3) El éxito no se alcanza haciendo sólo las cosas que nos gustan, sino gustando las cosas que debemos hacer.

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